Martín Esparza Flores Revista Siempre
Los consorcios internacionales sólo
están a la espera de que los inconscientes y apátridas miembros del
Congreso de la Unión terminen de lustrar con las leyes secundarias la
reforma energética, el cartel que anuncie en la marquesina de los
acuerdos globales la venta de garaje de nuestros recursos energéticos.
Los plazos para desmantelar Pemex y
aniquilar del mercado nacional a la CFE han empezado a cumplirse,
avizorando un futuro incierto para ambas paraestatales que, lejos de
perfilarse como empresas productivas, todo apunta que llegarán, si acaso, a la categoría de simples empresas administrativas.
De acuerdo con los últimos reportes de
la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), la CFE incrementó en 2013 sus
pérdidas netas en un 95%; sus números rojos reportaron la cifra de 37
mil 552.3 millones de pesos, en relación con los 19 mil 215.6 millones
de 2012. Buena parte de su déficit es a consecuencia de la compra
obligada de energía que viene realizando desde la década pasada a las
trasnacionales que ya generan la mitad de la electricidad en México.
Desventajosa situación que los diputados y senadores, impulsores de la
contrarreforma, han ocultado al país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario