Martín Esparza Contralínea
La noticia del gobierno federal de
cancelar en definitiva la construcción de la refinería de Tula, Hidalgo,
es la muestra irrefutable de que la reforma energética nunca contempló,
ni contemplará, lograr la autosuficiencia de hidrocarburos en el país
para el consumo interno.
La
dependencia para el abasto de gasolinas, como también ocurrirá con el
gas doméstico y la energía eléctrica, quedará en manos de las
trasnacionales y los particulares, quienes podrán así imponer las leyes
del mercado en función de sus ganancias, borrando todo sentido social en
favor de millones de consumidores; sobre todo, de las familias de
escasos recursos.
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